C/ Manuel de Sandoval, 10, Córdoba
El teletrabajo se ha convertido en una de las formas principales de trabajar. Gracias a Internet y a las nuevas tecnologías, muchas personas han podido seguir desempeñando sus tareas laborales a pesar de la pandemia del COVID-19.
La Ley del Teletrabajo establece que para considerarse teletrabajo, la jornada laboral desde casa debe ocupar un mínimo del 30% y durante, al menos, tres meses. Es decir, no son días sueltos, o un porcentaje inferior al establecido. Además, el acuerdo debe realizarse por escrito en el que se especifiquen las condiciones entre la empresa y el trabajador.
Dicha empresa deberá abonar al trabajador los gastos que le impliquen teletrabajar, así como facilitar los medios necesarios para poder realizar sus tareas a distancia. Además, los derechos, las condiciones laborales, la retribución, promoción, etc., deben ser las mismas que si se trabajara de forma presencial. De igual manera, se mantiene el registro de jornada, pero se establecen franjas horarias más flexibles a pactar entre ambas partes.
No obstante, la posibilidad de teletrabajo, como medida organizativa, no puede suponer una merma de los derechos de las personas trabajadoras en materia de seguridad y salud, por ello, las previsiones de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales son aplicables al teletrabajo.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 14 de la citada Ley, la empresa tiene la obligación de garantizar la seguridad y salud de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo, y por ello deber adoptar las medidas preventivas precisas.
En consecuencia, el teletrabajo no está exento de estas enfermedades y riesgos laborales, los cuales pueden ser los siguientes:
Riesgos ergonómicos
Los riesgos ergonómicos se incrementan debido a la implementación de un teletrabajo forzado en el escenario de la COVID-19. Muchas personas han tenido que montar una oficina improvisada, pero sin tener las herramientas o espacios adecuados.
Estos riesgos pueden provocar dolores musculares y articulares debido a posturas incorrectas, movimientos repetitivos o el mantenimiento prolongado de posiciones estáticas. Para que no ocurran, lo recomendable es disponer de una mesa de trabajo adecuada, una silla ergonómica, un buen teclado, pantalla y reposapiés y realizar pausas constantes para estirar los músculos y descansar la vista.
Riesgos psicológicos
Algunos de los riesgos laborales del teletrabajo más frecuentes son aquellos que afectan al estado psicológico y emocional del trabajador.
El teletrabajador puede sentirse aislado e invisibilizado. También puede sentir aburrimiento, desgana o problemas de concentración. Otro aspecto destacable es que la flexibilidad horaria puede aumentar las horas de trabajo, la adicción al trabajo y la sensación de estar conectado de forma permanente. Todo ello, puede conducir a afecciones psicológicas como la ansiedad o la depresión.
Riesgos del sedentarismo
Un importante peligro de salud del teletrabajo es el sedentarismo. El teletrabajo reduce los desplazamientos y los horarios marcados y, además, puede fomentar una sensación de apatía, lo que en general reduce nuestra actividad física.
El sedentarismo puede tener graves consecuencias para la salud como sobrepeso, enfermedades del corazón, diabetes, osteoporosis, presión arterial alta y colesterol, entre otros.
Por todo ello, para evitar todas estas enfermedades y riesgos relacionados con el teletrabajo, Comisiones Obreras publicó el informe “Teletrabajar por fuerza mayor, pero de la manera más saludable posible” con una serie de consejos:
Estas medidas son a modo general las que debes seguir para evitar los riesgos laborales en el teletrabajo. No obstante, te recomendamos contactar con nuestro compañero, Don Manuel Carrasco de Larriva, para que te ayude a realizar una guía a fin de velar por tu seguridad en tus labores en esta modalidad tan novedosa.